intro

intro

sábado, 25 de noviembre de 2017

Educación física en la actualidad. La decadencia de la cultura física.

Recientemente he concluido el curso de entrenador de Club de Atletismo impartido por la RFEA. La finalidad con la que accedí a este curso es la de conocer mejor aquellas disciplinas que no he practicado, en especial los saltos y los lanzamientos, puesto que mi especialidad cuando competía eran las carreras de media distancia. En los últimos tiempos se está asimilando Atletismo a carreras, especialmente en ruta. Esta decadencia del atletismo como deporte desarrollado en un estadio ya se ha vivido en el ciclismo, donde la cultura del ciclismo de pista es escasa y tan minoritaria como la del atletismo que se desarrolla en pista si no menor.

Con ello, los deportistas estamos perdiendo versatilidad y los jóvenes cada vez es más probable que vean empobrecida su cultura física. Rara vez utilizo el adjetivo culto para referirme a una persona. La cultura va por parcelas. Una persona puede tener un amplio conocimiento de la cultura escrita (novela, filosofía, poesía) y carecer de conocimientos matemáticos, con lo que su cultura científica será pobre. A su vez, una persona enormemente cultivada en literatura y en ciencias, puede tener un nulo conocimiento de agricultura, de botánica y de cocina. Pero además de la cultura literaria, filosófica, científica y culinaria, existe también una cultura física. No en vano a la asignatura que se sigue impartiendo en colegios e institutos se le denomina educación física.

¿Qué es educación física? Pues básicamente es un buen conocimiento del cuerpo en su función motriz. Equilibrio, fuerza, movilidad, agilidad, rapidez, coordinación, son cualidades importantes en cualquier deporte, pero ocurre que desde siempre en España (con contadas excepciones más debida a buenos profesores de educación física que a la previsión y planificación del sistema educativo en este ámbito) los niños empiezan a especializarse en deportes sin tener una buena formación física. He visto a atletas de enorme calidad con una torpeza motriz considerable. Esto no se debe a la falta de talento, sino a la ausencia de una disciplina física desde la niñez. Ni ricos ni pobres son enseñados a bailar, la gimnasia deportiva ya no está de moda, y los niños cada vez juegan en entornos menos accidentados, el calzado es cada día más blando y sobre todo, se comienza a practicar determinados deportes sin una formación básica que se debería garantizar en los colegios.

En los países de la órbita de la URSS los buenos resultados, a mi juicio, no se debían, como se suele creer, a que aventajaban al resto en prácticas dopantes. Quizá en el caso de las mujeres, en estos países había menos reparos en abusar de los anabolizantes porque las ventajas que concedía el éxito deportivo superaban las desventajas que la desfeminización podía suponer en una sociedad de aquellas características. Pero fundamentalmente el éxito de estos países se debía a la disciplina en el estudio y en la práctica de las diversas especialidades, que se conocían hasta el más mínimo detalle. Los mejores libros de atletismo siguen siendo de los años 70 y 80s y de algunos de los mencionados países. Fueron estos países los que mejor enseñaron la cultura fisica. Por ello destacaron siempre en danza, en patinaje, en gimnasia, especialidades todas ellas donde la técnica (es decir, la fuerza bien empleada, bien dirigida) era el factor predominante.

Tengo la impresión de que en los últimos años, el rendimiento medio de los niños en deportes está bajando porque la educación física cada vez es más lúdica y menos didáctica y porque, a su vez, las clases de educación física se han convertido en un popurrí de especialidades deportivas. Se enseñan deportes, pero no a conocer el movimiento desde sus cimientos. Y no se enseña porque a los profesores de educación física cada vez se les enseñan más especialidades deportivas, y cada vez menos los fundamentos del movimiento humano. Cada vez se hace menos trepa de cuerda, salto del potro, lanzamientos de balón medicinal y otros artefactos. La necesidad de proyectar fuerza sobre un artefacto unido a unas orientaciones básicas dadas por un buen profesor, educan el cuerpo del niño y contribuyen a un desarrollo armónico de su aparato locomotor.

Si a lo anterior le unimos que los niños cada vez juegan menos en los patios con su cuerpo y más con artefactos electrónicos, es obvio que las marcas atléticas permanecerán estancadas durante mucho tiempo. En la actualidad el atletismo se nutre de portentos con cualidades innatas extraordinarias, pero cada vez son menores en número los atletas decentes si bien no excesivamente dotados. Por ello, a pesar de la mejora en los medios, las marcas tienden a permanecer estancadas. No es que se haya alcanzado el límite físico del ser humano, sino que al no existir una cultura física desde la niñez, no hay una base numérica que aumente la probabilidad de que se unan el talento, una buena cultura física y los conocimientos fisiológicos, nutricionales y los medios tecnológicos actuales.